Grandes
clásicos del cine ruso
8 films en la Sala Leopoldo Lugones
El Complejo
Teatral de Buenos Aires y la Fundación Cinemateca Argentina, con el auspicio y
la colaboración de Directores Argentinos Cinematográficos (DAC), Mosfilm y la
Embajada de Rusia en Argentina, han organizado un ciclo denominado Grandes clásicos del cine ruso, que se llevará
a cabo del sábado 23 al domingo 31 de mayo, en la Sala Leopoldo Lugones del
Teatro San Martín (Avda.Corrientes 1530). El ciclo estará compuesto por ocho
films en copias restauradas, enviadas especialmente desde Rusia por los
legendarios estudios soviéticos Mosfilm, como anticipo de un nuevo ciclo de
cine soviético dedicado a films clásicos del género bélico a realizarse en septiembre
del corriente año.
En
2014 los estudios Mosfilm, que en tiempos de la Unión Soviética fueron el
principal pilar de la industria cinematográfica, cumplieron noventa años. El
hecho es especialmente significativo porque los Estudios Mosfilm fueron
testigos de la historia del cine soviético prácticamente desde sus inicios.
Hoy, nueve décadas después de su creación, los estudios siguen trabajando de
una forma diferente, volcados sobre todo hacia la televisión, pero han
conseguido adaptarse a los nuevos tiempos y, en buena medida, superar los
desafíos tecnológicos.
Mosfilm surge de
dos productoras que trabajaban en el cine ruso en la segunda década del siglo
XX, la de Alexander Janzhonkov, uno de los pioneros en el terreno del
largometraje, y la de I. N. Yermolev. Cuando en 1919 el cine es nacionalizado,
estas dos productoras pasan a manos del estado y, al crearse en 1922 Goskino
(El Instituto Soviético del Cine), se convierten respectivamente en la primera
y segunda empresa más importantes, que se unen al año siguiente en un solo
estudio, inaugurado con la realización de En
las alas, de Boris Mikhin, estrenada en enero de 1914. A partir de 1935, la
productora comienza a llamarse Mosfilm y en 1947 aparece su emblema
característico e inconfundible: la estatua giratoria de la campesina con la hoz
y el obrero con el martillo.
Desde su creación,
Mosfilm ha estado ligada a una cantidad enorme de películas -más de 2.500-, que
van desde los clásicos de la vanguardia soviética de los años veinte, como El acorazado Potemkin de Sergei
Eisenstein, Tres en un sofá de Abram
Romm, Tempestad sobre Asia de
Vsevolod Pudovkin o Arsenal de
Alexander Dovshenko, hasta las películas de Andrei Tarkovsky (La infancia de Iván, El espejo, Stalker, Solaris) y los
hermanos Nikita Mikhalkov (Sin testigos)
y Andrei Mikhalkov-Konchalovsky (El tío
Vania, Siberiada).
La agenda completa del ciclo es
la siguiente:
Sábado 23 La balada del soldado
(Ballada o soldate; U.R.S.S., 1959)
Dirección: Grigory
Chujray.
Con Volodya
Ivashov, Zhanna Prokhorenko, Antonina Maksimova.
Uno de los grandes clásicos del
“deshielo” que siguió a la muerte de Stalin, La balada del soldado narra la historia del joven Alyosha, un
soldado de apenas diecinueve años que, en plena Segunda Guerra Mundial, gana
una medalla como recompensa por su heroísmo en el frente de batalla. En lugar
de la condecoración, Alyosha pide unos días de permiso para poder visitar a su
madre. De camino a casa, conocerá a una chica de la que se enamorará.
“La descarada emotividad del
film, su energía visual y su belleza, la fresca inocencia de los héroes, y el
simple pero potente mensaje –el amor de una madre, de una chica, de los
compañeros de armas y de los campesinos, donde la bondad engendra bondad- han
trascendido la retórica de la Guerra Fría”. (Vida T. Johnson).
Nominada al Oscar a Mejor guión y a la Palma de Oro en el Festival de Cannes.
A las 14:30, 17, 19:30 y 22 horas. (88’; DCP).
Domingo 24 Andrei
Rublev
(U.R.S.S., 1966)
Dirección:
Andrei Tarkovsky.
Con Anatoliy Solonitsyn, Ivan Lapikov, Nikolay Grinko.
El monje ruso
Andrei Rublev fue el gran pintor de íconos religiosos del siglo XV. Al tiempo
que se volvía más popular, más dudaba de sí mismo. Testigo de terribles
atrocidades, terminaría perdiendo la fe en el ser humano. El artista es la
época que le ha tocado vivir, porque el arte trascendente e inmortal nace del
conflicto entre el hombre y su destino. Suprimida por las autoridades
soviéticas en 1966 (sólo sería estrenada en su país de origen cinco años más
tarde), Andrei Rublev convertiría a
Andrei Tarkovsky en el director ruso más importante de su generación, logrando en
ella una perfecta reconstrucción histórica y, al mismo tiempo, recreando en
pantalla toda una cosmovisión.
“Por un lado, Andrei Rublev está fundada en el
conflicto entre la austeridad del cristianismo y la sensualidad del paganismo,
ya sea eslavo o tártaro. Por el otro, pone al artista en el contexto del
mecenazgo estatal y la represión. (…) Ninguna otra película le ha adjudicado
una mayor significancia al rol del artista. Es como si la presencia de Rublev
justificara la creación”. (J. Hoberman).
A las 14.30 y 19.30 horas. (183’; DCP).
Lunes
25 No hay función
Martes 26 El pálido sol del desierto
(Beloe solntse pustyni; U.R.S.S., 1970)
Dirección:
Vladimir Motyl.
Con Anatoliy Kuznetsov, Spartak Mishulin, Kakhi
Kavsadze.
El pálido sol del desierto reconfigura
la épica del western en la piel de un soldado ruso que -como un veterano
pistolero del Lejano Oeste- debe enfrentarse sin ayuda a un grupo rebelde
islamista que acecha un fuerte fronterizo y liberar un harem de mujeres
capturadas. Estrafalaria, compleja y surrealista, la película destila humor
popular soviético. Algunas de sus irónicas frases acabaron formando parte del
idioma ruso cotidiano.
“La sorprendente El pálido sol del desierto abreva en las
fuentes del spaguetti western para
encarar un relato de aventuras irónico y minimalista (hasta el explosivo final)
en las más alejadas tierras del subcontinente soviético, en algún momento de
los años ’20. En una de las escenas del film de Moytl, rodado en colores casi
fluorescentes, un grupo de mujeres musulmanas, recientemente liberadas de un
harén, se quitan sus burkas justo debajo de un enorme cartel que reza “Abajo
con los prejuicios. La mujer también es un ser humano”. (Diego Brodersen en Página/12).
A las 14:30, 17, 19:30 y 22 horas. (84’; DCP).
Miércoles 27 Dersu Uzala
(U.R.S.S./Japón, 1975)
Dirección: Akira Kurosawa.
Con Yuriy Solomin,
Maksim Munzuk, Mikhail Bychkov.
Crónica dolida de
la pérdida de un mundo ancestral, en Dersu
Uzala un cazador solitario que vive en comunión con su entorno es integrado
a un pelotón militar para colaborar con sus dotes de tirador y rastreador, pero
al mismo tiempo les enseñará su amor a la naturaleza que los rodea. Más allá de
su aparente formato de film de aventuras, el film describe la relación entre un
explorador, científico e intelectual y el alma nómada, desprendida, responsable
y solidaria del cazador. Mosfilm produjo al gran cineasta japonés Akira Kurosawa
y logró su sueño de llevar al cine las exploraciones del geógrafo ruso
Arseniev. Ganadora del Oscar a Mejor película, Dersu Uzala posibilitó el renacimiento de la filmografía de su
autor luego de un período de depresión personal y crisis creativa.
A las 14.30, 18 y 21 horas. (144’; DCP).
Jueves 28 Cuidado
con el automóvil
(Beregis
avtomobilya, U.R.S.S., 1966)
Dirección:
Eldar Ryazanov.
Con Innokentiy Smoktunovskiy, Oleg Efremov, Lyubov Dobrzhanskaya.
Conocido en la
Argentina por el melodrama Romanza cruel,
Eldar Ryazanov fue el director de las comedias más populares del cine
soviético. En Cuidado con el automóvil
narra los enredos de un modesto empleado que, como Robin Hood, roba a los ricos
de dudosos principios y entrega el dinero obtenido a los pobres. Siendo una
película soviética esos personajes no podían tocarse sin una mirada crítica: dejando
entrever detalles de la sociedad soviética en pleno auge y crecimiento
económico, se trata de una crítica encubierta al sistema.
A las 14:30, 17, 19:30 y 22 horas. (94’; DCP).
Viernes 29 La parentela
(Rodnya;
U.R.S.S., 1982)
Dirección: Nikita Mikhalkov.
Con Nonna
Mordyukova, Svetlana Kryuchkova, Yuri Bogatyryov.
Una mujer pueblerina decide visitar a su
familia en la capital y se empeña en corregir la forma en la que viven. La parentela es una sátira mordaz que muestra
el estancamiento social de algunos valores soviéticos, cobrando un sentido
agudo y profundo sobre el eterno conflicto entre padres e hijos, entre el campo
y la ciudad. Comedia dramática con tintes de crítica social, el entonces
ministro de cultura la prohibió por irrespetuosa, aunque luego sería autorizada
por el Secretario General del PC, transformándose en la película más exitosa de
la última década de vida de la Unión Soviética.
Sábado 30 Moscú no cree en lágrimas
(Moskva slezam ne verit; U.R.S.S., 1980)
Dirección: Vladimir Menshov.
Con Vera Alentova, Irina Muravyova, Aleksey Batalov.
El reconocido film
de Vladimir Menshov registra las relaciones interpersonales en la Unión
Soviética a través de tres amigas: la frívola pretende casarse con un hombre
rico y solo logra un matrimonio fracasado; la sencilla se convierte en madre de
familia; la tercera, madre soltera, no logra ingresar en la universidad pero
alcanza un puesto directivo en una gran empresa. Desde una visión íntimamente
femenina, Moscú no cree en lágrimas permitió
que el mundo occidental se asomara a las costumbres de una Rusia desconocida.
Oscar a la Mejor Película Extranjera en 1981, el tercer
Oscar soviético tras La guerra y la paz de Bondarchuk y Dersu Uzala de Kurosawa. Nominada al Oso de Oro en
Berlín.
A las 14.30, 18 y 21 horas. (150’; DCP).
Domingo 31 Algunos días de la vida de I.
Oblomov
(Neskolko dney iz zhizni I.I. Oblomova; U.R.S.S., 1980)
Dirección: Nikita Mikhalkov.
Con Oleg Tabakov, Yuri Bogatyryov, Andrei Popov.
Perfecta
adaptación de la novela de Ivan Goncharov, "Oblomov", es uno de los
mejores estudios del carácter ruso. En el siglo XIX, cuando la nobleza rusa
vivía ociosa y aburrida sin encontrar su lugar en el mundo, Oblomov conoce de
pronto un extraño renacer que brevemente le hace creer en la posibilidad de
otra clase de vida, en la confianza y el amor. Enfant terrible del cine
soviético, Nikita Mikhalkov tuvo abuelos pintores y padres escritores y tanto
él como su hermano Andrei Mikhalkov Konchalovsky se convirtieron en cineastas.
Esta película introspectiva, relajada, parsimoniosa y psicológica, es uno de
sus mejores films.
A las 14.30, 18 y 21 horas. (140’; DCP
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