UN NUEVO PUENTE

Aunque Facebook es una red de gran dinámica, para concretar un contacto hay que formar parte de ella en forma activa y no todos desean hacerlo. Un blog en cambio permite asomarse a él de inmediato, consultarlo y salir, sin ser parte de una especie de gran familia predeterminada. Por eso lo sumo a mi necesidad de comunicación, muy en especial para los oyentes de Plumas, bikinis y tango en Fm 92.7 (www.la2x4.gov.ar) que sale los domingos de 11 a 14 y mis espectadores fieles del ciclo Al cine con la UNLa que programo y presento cada jueves a las 19 en la Universidad Nacional de Lanús, 29 de setiembre 3901, Remedios de Escalada. A ellos y los demás, bienvenidos y gracias por cruzar este nuevo puente.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Diciembre en Al Cine con la UNLa

Al cine con la UNLa Diciembre 2011

Jueves a las 19

Universidad Nacional de Lanús

29 de setiembre 3901 Remedios de Escalada

Entrada libre - Sala climatizada – Cine Tita Merello

Programa y presenta Rómulo Berruti

Jueves 1º.-: Juan y Eva, de Paula de Luque, sobre relato de Jorge Coscia. La relación íntima entre Eva Duarte y Juan Perón desde que se conocen hasta el 17 de octubre. La más cálida y menos propagandística de las películas sobre ambos. Reciente y gran éxito de público con notables trabajos de Julieta Díaz y Osmar Núñez.

Jueves 8: No hay función por el feriado nacional.

Jueves 15: Habemus Papa, de Nani Moretti. Fuerte impacto de esta temporada y joyita del cine italiano, el Papa tiene sesión con el analista…y se escapa. Glorioso veterano del cine europeo, Michel Piccoli brilla en esta difícil interpretación.

Jueves 22: Aquél martes después de Navidad, del Radu Muntean. Deliciosa película rumana donde un hombre todavía joven engaña a su mujer con la odontóloga. La doble relación está pintada con calidez, sensibilidad y humor.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Jueves 10 en Al cine con la UNLA: Franzie

Al cine con la UNLa: noviembre

Al cine con la UNLa Noviembre 2011
Jueves a las 19
Universidad Nacional de Lanús-Aula Magna
29 de setiembre 3901 Remedios de Escalada
Entrada libre - Sala climatizada – Aula Magna
Programa y presenta Rómulo Berruti

Jueves 3: Che, un hombre nuevo, de Tristán Bauer. Amplia y muy completa investigación sobre Guevara, pieza clave de la revolución cubana, realizada por el director de Iluminados por el fuego. Película de alto valor ideológico y cinematográfico.
Jueves 10: Franzie, de Alejandro Marino. Una mujer todavía joven y atractiva vive prisionera de su soledad. En un trato extraño, le pagará a un hombre maduro y desocupado por su compañía. Título curioso del cine argentino con grandes trabajos de Mimí Ardú y Enrique Liporace.
Jueves 14: Clase media, de Juan C. Domínguez. Este documental narra el surgimiento y evolución de la case media y su incidencia decisiva en la historia de nuestro país: claves de una pertenencia que puede ser real o ficticia.
Jueves 24: La cantante de tango, de Diego Martínez Vignatti. Helena, una talentosa cantante de tango, se encuentra profundamente enamorada. Cuando su carrera parece despegar el hombre de su vida ya no está enamorado de ella. Tango y ficción dramática en un film poco difundido del cine argentino.

lunes, 7 de noviembre de 2011

ALAIN DELON, UN GALAN QUE CUMPLE 76



Cumple 76 uno de los galanes de mayor impacto que haya tenido el cine mundial, el francés Alain Delon. Con más de ochenta películas y unas cuantas apariciones en la televisión francesa está también entre los que más han filmado. A su enorme sugestión física y una fotogenia perfecta, hay que agregar como trampolín la seducción del truhán dispuesto a todo. Nació en Hauts-de-Seine el 8 de noviembre de 1935 y apenas traspuesta la adolescencia se instaló en París para explotar sin timidez sus chances de objeto sexual. Según datos fidedignos y nunca desmentidos, en esta escalera que él soñaba muy empinada hubo peldaños femeninos y masculinos. Fue un joven alegre y ganador de la noche parisina, donde no faltaron en sus maratones eróticas miembros de la nobleza y personalidades de las altas finanzas. Pero a fines de los cincuenta la meta de un muchacho como él era el cine. Llegó con cinco películas menores donde llamó la atención pero dentro de otros lindos como él y con la contra de ser productos con resultados mediocres. Hasta que en 1960 un muy buen director, René Clement lo eligió para un protagónico en Plein soleil (A pleno sol) donde compitió con Maurice Ronet y tuvo como contrafigura a la espléndida por entonces Marie Laforêt. Dicen las malas lenguas –que suelen ser malas pero no erradas- que la esposa de Clement exigió para él planos cada vez más largos y situaciones cada vez más exigentes. Lo cierto es que la película fue un éxito mundial y brillante rampa de lanzamiento para Alain, que voló hacia lo que habría de convertirse en el “fenómeno Delon”. La suerte lo ayudó porque ese mismo año comenzó el rodaje de Rocco y sus hermanos, gran obra cinematográfica de Luchino Visconti donde la nueva estrella demostró que era bonito y ambicioso pero también buen actor, tuvo un papel clave en esa tragedia a la cual benefició también el prestigio de Visconti en el ámbito cultural europeo. Y no paró más. Siempre apuntando alto, llegaron con el tiempo El eclipse de Michelangelo Antonioni y El gatopardo, otra vez con Visconti. A mediados de los sesenta, con treinta años, era el símbolo erótico masculino de Francia, empezaba a moverse como un hombre de altos ingresos y sólo debía instalarse en un mullido sillón a beber cognac y fumar Gouloises hasta que llegara el próximo contrato. Delon no cometió ese error. Muy astuto, se abstuvo de filmar cualquier cosa pero también de quedarse “mirando la nieve caer blandamente desde mi ventana que da al boulevard”. Trabajó mucho, cobró muy fuerte, usó a los medios, disfrutó las mujeres más apetecibles que se acercaron a él y afinó el olfato para encontrar un arquetipo bien francés pero de alto vuelo. Lo encontró con el gran Jean-Pierre Melville un realizador que sabía trabajar como nadie el cinema noir, esa variante francesa del policial norteamericano. Dos títulos con él terminaron de cimentar sus virtudes interpretativas y un enorme carisma para la pantalla: El círculo rojo y El samurai, esta última tal vez el mejor de sus trabajos para el cine. La nómina es muy larga, pero hay que mencionar El tulipán negro por haber sido una incursión en el film de aventuras al estilo Errol Flynn -volvería a esa línea con una de El Zorro- y Adiós al amigo porque era una muy buena historia y encontró en Charles Bronson un sorprendente competidor. Integró con Jean Paul Belmondo un dueto de oro en Borsalino y hasta se metió con Marcel Proust en Un amor de Swann, dirigido por Volker Slondörff.
Y allí está, millonario y bastante deprimido según se dice, tal vez porque ahora el espejo ya no le devuelve el Delon que lo acunaba en un mar de arrogancia. Envejecido sin duda. Pero mirando sus fotos de hoy descubrimos que no ha perdido el pelo. Desde luego, tampoco las mañas.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

SALOME DE CHACRA, UN ALTAR SACRIFICIAL


En sus búsquedas siempre ávidas, Mauricio Kartún no es tímido, revuelve todo, tira por el aire lo que no le sirve porque ya lo usó y se zambulle en el fondo del cajón. Debió escarbar mucho para fabricar Salomé de chacra, su flamante estreno, porque la obra presenta varios desafíos complejos incluyendo el escamoteo del texto convencional para reemplazarlo con un ejercicio literario cerrado. Un libro extraño que resulta en realidad, pese a su abundancia, una suerte de apoyatura –casi diríamos de epígrafe- para la enorme sugestión de las imágenes. Estamos ante el trasplante del mito de Salomé al campo argentino, una chacra en el día en que se faena la hacienda y se hacen los chacinados, una jornada de sangre. El patrón, Herodes, recibe de Europa a su hijastra Salomé y a su esposa que ya no es Herodías sino Cochonga, una típica rastacueros con aspiraciones de “high life” vernácula. El cuadro se completa por un lado con una presencia física, Gringuete, eficaz colaborador de su amo pero también un traidor taimado que en la obra hace de relator ocasional. Y por el otro con una presencia sonora, una voz de resonancias inquietantes que surge del fondo del aljibe, es un gauchito alzado que purga su rebeldía pero también Juan el Bautista. En la metáfora –toda la pieza lo es- Kartún quiere que Salomé no desee físicamente a Juan sino que se enamore de su voz, en rigor, de su discurso: una y otra vez será rechazada con desprecio. Cuando Herodes le pide sexo, ella, como en la historia remota, accede pero exigiendo como pago la cabeza de quien se le ha negado. Es de lejos el trabajo literario más arduo y menos complaciente de todos los emprendidos hasta ahora por el autor. Salomé de chacra es un estudio semántico donde se mezclan arqueologías idiomáticas con vulgaridades locales rotundas, se escamotean artículos porque se reniega de esos puentes que hacen coherente la narración, los personajes cuando hablan no se fugan del rito atroz que preparan pero lo hacen como leyendo un antiguo códice religioso. Es difícil de explicar, hay que vivir la experiencia. Porque es tan potente lo visual y tan desopilante la mascarada que el espectáculo atrapa en una conjunción de hondura y ridiculez, de burla ramplona y resurrección de la ceremonia en el altar sacrificial. La sangre lo tiñe todo, cuerpos y almas, la culpa se ahueca en la voz que resuena dentro del pozo y un estupendo retablo de candor funerario atiborrado de flores rojas, cabezas de reses y restos oxidados de labranza brinda un fondo de gran presencia escénica. Las actuaciones vuelven a ser, bajo la batuta de Kartún, estupendas. Osqui Guzmán en Gruinguete seduce como su auténtico alter ego, es si se quiere una especie de traductor lleno de gracia que con su gestualidad sarcástica y muchas veces tácita construye teatro donde el escritor cinceló literatura. Manuel Vicente se pone al hombro un papel complejo, mucho de lo que dice hay que descifrarlo pero sus acciones lo llevan a un nivel de muy alta nobleza interpretativa. También Lorena Vega en Salomé transita el camino espinoso que va de la comicidad a la tragedia, de la simpleza que se celebra por obvia y esperada, al horror de su reclamo cumplido pero también purgado con el mismo acero. Stella Galazzi, menos comprometida, completa el retrato con cabal captación de la mueca que pide su muñeco.
Todos los colaboradores de Mauricio Kartún cumplen un rol de valor inapreciable en escenografía, luces, vestuario y sonido, esos elementos que espesan la atmósfera requerida. Salomé de chacra es una verdadera y sagaz indagación teatral que como El niño argentino y Ala de criados, dará mucho que hablar. Además ratifica para nuestro teatro un rango de excelencia y esfuerzo que luce en lo más alto de la escena internacional.